Una gélida mañana de diciembre de 1620, los
102 peregrinos del Mayflower llegaban, por fin, a la costa de lo que hoy es
Massachussets. Hombres, mujeres y niños, familias enteras de puritanos ingleses
en busca de una tierra donde vivir en paz y libertad, donde leer la Biblia en
su propia lengua no fuera considerado un delito, donde adorar a Dios con
sencillez no fuera penado con la cárcel o la hoguera. Atrás quedaban para
siempre la Europa del siglo XVII, inmersa en guerras de religión interminables,
las familiares calles de Plymouth y tres meses de travesía por el Océano
Atlántico sostenidos por escasas raciones y la fuerza inquebrantable de la fe. Delante,
un campo helado donde ya no había tiempo de plantar nada y la soledad infinita
de bosques desconocidos y silenciosos.
Tras aquel primer durísimo invierno en el que
el hambre, el frío y las enfermedades se llevaron a 50 de los peregrinos, un
día de la incipiente primavera apareció Squanto. El impacto que debió producir
en aquellas pobres gentes la visión de aquel magnífico salvaje sólo es
comparable a la sorpresa que, momentos después, les dejó mudos de asombro al
comprobar que aquel fornido nativo americano dominaba a la perfección el inglés
hablado y escrito, además del español. La maravillosa historia real de Squanto
se cuenta hoy a los niños americanos con el mismo grado de sorpresa y
agradecimiento con que la debieron contar a sus hijos los primeros colonos.
Aquel nativo de la tribu Wampanoag y sus compañeros se dedicaron a enseñar a
los blancos cómo cazar y pescar en aquellas tierras inhóspitas, qué cultivos
crecían mejor y qué hierbas medicinales podían curar sus enfermedades. Un indio
con un pasado fascinante que, además de hablar inglés, desbordaba nobleza y
bondad.
La cosecha del otoño de 1621 fue excelente.
Todos los colonos supervivientes tenían un hogar, una despensa repleta para
pasar el invierno y la libertad de la tierra prometida. ¿Qué mejor que una gran
cena para celebrarlo? Con la asistencia de unos noventa nativos Wampanoag, aquella
fue la primera cena de Acción de Gracias a Dios por la vida, por los abundantes
frutos de la cosecha, por la amistad, por la libertad y por la alegría de poder disfrutar de todo
ello después de tantas penalidades.
Este año en nuestro Centro hemos querido
rememorar algunos aspectos de aquella primera celebración porque encierran
valores extraordinarios. Con nuestro Árbol de la Gratitud hemos intentado traer
a la mente y al corazón aquellas cosas por las que estamos agradecidos en
nuestras vidas. En estos tiempos en los que muchos creen que todo se les debe
por derecho y en los que pocos se paran a dar las gracias o a apreciar los
pequeños o grandes gestos cotidianos, es importante recuperar el sentido de la
gratitud y el valor de la generosidad porque eso nos hace más humanos, más
hermanos y menos egoístas.
Las profesoras del Departamento de Inglés,
vestidas de peregrinas, hemos querido ser la imagen viviente que nos recuerde
que siempre hay una salida, que merece la pena cruzar un océano para
desembarcar en la tierra que soñamos, que todo lo que merece la pena cuesta,
que aunque a veces la vida parezca sombría y helada, quizá sólo estamos a cinco
minutos de un milagro. Que hay esperanza. Que nunca debemos perder la fe. Que
podemos y debemos estar agradecidos.
¡Feliz Día de Acción de Gracias!
Super aparentes todas las chicas del departamento de inglés! Estáis totales, ( Pepi un poco sexy.. ;P) yo no tenía ni idea de esta tradición gracias por compartirla y además en español, para que la entendamos todos. El árbol os ha quedado fenomenal, una pasada. ¡¡¡Enhorabuena!!!
ResponderEliminarLa historia magníficamente narrada. La foto, inmejorable. Me gusta muchísimo.
ResponderEliminarLa historia magníficamente narrada. La foto, inmejorable. Me gusta muchísimo.
ResponderEliminarUn texto magnífico, unas puritanas requeteguapas y una forma muy original de dar a conocer Thanksgiving. Nadie en el insti lo olvidará!
ResponderEliminarEnhorabuena!!
Un texto magnífico, unas puritanas requeteguapas y una forma muy original de dar a conocer Thanksgiving. Nadie en el insti lo olvidará!
ResponderEliminarEnhorabuena!!