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MANIFIESTO DEL DÍA DE LAS BIBLIOTECAS



Hoy compartimos con vosotros el Pregón del Día Internacional de las Bibliotecas 2025, escrito por JUANMA GONZÁLEZ. ANTÚNEZ, encargado de la Biblioteca Municipal de Barcarrota (Badajoz):


¡Hay que tomar las bibliotecas! 

¡A cubierta, lectores! ¡Arriba velas y sin miedo al más valioso de los botines, el conocimiento, la cultura, la palabra, la lectura! ¡Hay que tomar las bibliotecas como si fueran fortalezas, pero para abrirlas, habitarlas, vivirlas, redescubrirlas, hacerlas nuestras! 

Porque las bibliotecas no son edificios de silencio, ni almacenes de libros: son puertos abiertos a todos los navegantes. Queremos que nuestra tripulación sean los estudiantes que buscan una brújula en medio de la tormenta, los adultos que no renuncian a seguir aprendiendo, el migrante que busca un diccionario, los niños que descubren el universo a través de un cuentacuentos, todos caben. Nadie queda fuera, nadie queda atrás. Su bandera es la igualdad: en la biblioteca no importa tu bolsillo ni tu apellido, importa tu hambre de leer, de hacer actividades, de compartir este mágico espacio común. 

Mario Vargas Llosa lo dijo con claridad: sin lectura no hay libertad, no hay ciudadanía plena. Leer es la aventura suprema, el barco que nos rescata del conformismo y de la sumisión. Y allí están las bibliotecas, abiertas como un cofre, asegurando que ese derecho sea posible para todos, ¿qué grandeza verdad?, ¡qué importantes son! 

¡Hay que tomar las bibliotecas! Porque son templos del saber, pero templos vivos, no anacronismos. Allí los libros en papel charlan con las tablets, los folios con las pantallas, los periódicos físicos, con los e-books. La biblioteca no teme al futuro, se ha sabido adaptar, se ha complementado con el resto de nuevas herramientas que se nos ofrece. Es tradición y es vanguardia, es papel y es bit, es silencio y también bullicio de talleres, charlas, clubes de lectura. 

Ah, biblioteca…, el barco común de la cultura. Y sin ella, el mar de la ignorancia nos tragaría sin remedio. Contra el ruido, ofrece calma. Contra la prisa, ofrece demora. Contra el aislamiento, ofrece encuentro. Y lo hace sin imponerse, simplemente estando ahí, contra viento y marea abierta, disponible, cercana. 

Mario Vargas Llosa, en el final de su discurso al recibir el Premio Nobel, en 2010, escribía que recordó que “la nuestra será siempre, por fortuna, una historia inconclusa. Por eso tenemos que seguir soñando, leyendo y escribiendo, la más eficaz manera que hayamos encontrado de aliviar nuestra condición perecedera, de derrotar a la carcoma del tiempo y de convertir en posible lo imposible”. Esta frase debería ser un estímulo motivacional, un llamamiento para apropiarnos de las bibliotecas como sitios generadores y aglutinadores de todo eso. Hagamos de ellas lugares de encuentro, de debate, de innovación de creación…de lo que haga falta. Que sean salas de estudio, pero también escenarios de teatro, de creatividad, espacios de música, cine, arte… 

Por eso lo gritamos como proclama de piratas lectores justicieros: ¡tomemos las bibliotecas! ¡Entremos en ellas con pasión, disfrutémoslas! Hagamos de sus pasillos nuestra cubierta, de sus estantes nuestros cofres, de sus libros nuestros mapas. Porque allí, entre páginas y pantallas, está el verdadero tesoro: la cultura que nos hace libres, la lectura que nos da voz, 

¡Al abordaje de la biblioteca! Que nunca quede vacía, que nunca se rinda. 

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